Fundado por Joaquín Farnós, pionero en España de la talasoterapia, Palasiet Thalasso Clinic&Hotel (Benicàssim) es el refugio de los que necesitan resetear su cuerpo pero, sobre todo, su alma.

Ubicada en el conocido como Biarritz valenciano, la historia de la imponente villa de la Belle Époque que alberga el Palasiet Thalasso Clinic&Hotel (Benicàssim) es tan apasionante como la de Joaquín Farnós, el visionario galeno que fundó este templo del wellness en 1970 (mucho antes de que existiera este concepto como tal) tras descubrir, en el Centro Helio Marino de Colliure (Francia) -uno de los más antiguos y prestigiosos de Europa-, el extraordinario poder sanador del agua del mar.

Pionero de la talasoterapia en España y gran maestro de toda una generación de médicos rehabilitadores y fisioterapeutas europeos, Farnós convirtió aquella hermosa villa, antaño escenario de míticas fiestas y reuniones de la alta sociedad de principios del siglo XX, en un lugar de peregrinación al que, desde hace medio siglo, acuden miles de visitantes en busca de una cura. "Mis primeros recuerdos de la infancia son de personas que llegaban con problemas gravísimos de salud y salían absolutamente renovados. ¡Ni en Lourdes se han hecho tantos milagros como aquí!", exclama Pablo Farnós, director de Palasiet y continuador, junto a sus hermanos, del extraordinario legado de sus padres, fallecidos el pasado año.

Mientras acaricia la regia cabeza de Pole Pole (despacio en Suajili), su inseparable perro labrador, Farnós explica que "la talasoterapia es un tratamiento que se realiza con agua de mar a unos 35 o 36 grados centígrados que, por un tema de ósmosis, es la temperatura ideal para que el cuerpo se reequilibre".

Somos agua y, esta inmersión física y emocional, nos hace regresar el inicio de todo, al comienzo de la vida. "La gente llega muy triste, muy desajustada, especialmente después de la pandemia. Salimos de procesos muy similares, de pérdida y de duelo por los que necesitamos transitar para sostenernos de alguna manera", relata Lourdes Ramón Segarra, orientadora en Palasiet Talaso Clinica.

Los clientes de Palasiet buscan mucho más que una sanación física. "Aquí, nada más llegar, se hace una parada vital. Se abre la ventana de la habitación, se contempla el Mediterráneo y se respira el aroma de pinos y mar. Se escucha lo que dice el cuerpo y todo se coloca de forma diferente. En definitiva, se da un paso atrás para contemplar la vida de una forma diferente", cuenta.

Médicos, nutricionistas, fisioterapeutas, entrenadores personales y especialistas en tratamientos de belleza, diseñan una hoja de ruta personalizada en función de las circunstancias de cada persona. "Antes de su llegada, normalmente, solemos hacer una llamada telefónica para conversar con nuestros clientes y, de este modo, y detectar sus necesidades. A través de esas conversaciones, percibimos qué es lo que trae a cada persona. Posteriormente, rellenan un cuestionario médico, que nos brinda una información muy valiosa sobre su estado de salud, sus hábitos de vida y sus objetivos".

Rehabilitación funcional, pérdida de peso, entrenamientos personales, consejos nutricionales, tratamientos de belleza... Los especialistas de Palasiet Thalasso Clínica&Hotel, a través de programas de diferente duración, guían a los clientes para que se adentren en la senda de los hábitos saludables. "Nuestra misión es ayudar a alcanzar el bienestar a través del autocuidado. Se trata de que nos responsabilicemos de nuestros propios procesos y, para ello, brindamos los recursos que, posteriormente, podrán poner en práctica en su día a día. Para ello, lo que hacemos es ayudar, poco a poco, a que nuestros clientes tomen conciencia de cómo están".

Segarra recuerda con cariño y admiración la figura de su mentor, Joaquín Farnós. "Siempre estaba indagando sobre cómo podía mejorar la vida de las personas y de ahí venía su motivación para traer siempre cosas nuevas. Fue, sin duda, un hombre que predicaba con el ejemplo. Bajaba todos los días a las piscinas y hacía sus tratamientos. Mucho antes que nadie, él ya apostaba por ese autocuidado del que ahora tanto se habla como garante de una longevidad saludable".

En estos 50 años, más de 150.000 personas han encontrado, en este rincón de Benicàssim, un remanso de paz. Franceses, ingleses, españoles, jóvenes, ricos, ancianos, celebridades... Ataviados con el mullido albornoz de Palasiet se ha visto pasear, y disfrutar de los manjares de un menú deliciosamente saludable, a la mítica modelo estadounidense Christy Turlington junto a su marido, el actor Edward Burns; la no menos legendaria Valeria Mazza y Alejandro Gravier, su esposo; al añorado Arturo Fernández: la vitalista Candela Peña o jugadores de la Premier League inglesa cuyos nombres no se pueden revelar (sí, ese y alguno más) que han peregrinado hasta allí para recuperarse de alguna lesión.

Heridas físicas. Heridas del alma. Todos tenemos alguna. Y, gracias a Joaquín Farnós, tenemos un lugar donde acudir para intentar sanarlas. Pole Pole...