Joel David Ortiz Mejía estaba a solo dos días de cumplir su sueño de firmar con un equipo de Grandes Ligas cuando comenzó a sentir mareos que indicaban que algo no estaba bien.

Su madre, Yesenia Mejía, lo llevó al médico y, aunque Joel no pudo asistir a su cita de éxito, tuvo que ser ingresado en un centro médico tras ser diagnosticado con una función renal deteriorada a causa de una medicación que se le suministró sin el consentimiento de sus padres.


Desde entonces, Joel ha estado sometido a un programa de Hemodiálisis Crónica en la Clínica de Medicina Familiar Doctor Franklin Peña, y ha experimentado múltiples complicaciones de salud, como náuseas, vómitos, disnea, hipertensión arterial y dolor de pecho. Joel había sido considerado un fenómeno como pitcher a la edad de 16 años, y le habían ofrecido un contrato por 700 mil dólares.

La situación de Joel empeoró y tuvo que ser ingresado en cuidados intensivos en tres ocasiones, una de ellas en coma inducido por Covid-19. Ahora, a la edad de 19 años, necesita un trasplante de riñón y una cirugía de corazón abierto debido a una bacteria que dañó su válvula mitral.


Los médicos descubrieron el problema pulmonar de Joel justo antes de la operación de trasplante de riñón, y aunque afortunadamente no tuvo que someterse a una cirugía pulmonar, su estado de salud sigue siendo crítico. Joel se convirtió en víctima del uso desmedido de esteroides por parte de alguien que le hacía pasarlos como complejo B, lo que resultó en una tragedia que su madre está tratando de superar.

A pesar de sus dificultades económicas, Yesenia está haciendo todo lo posible para asegurarse de que su hijo tenga acceso a los mejores tratamientos médicos posibles.