Ritual muy extendido en el mundo del deporte, el triatleta Jan Frodeno lo practica desde hace años y el tenista Carlos Alcaraz también ha incorporado estas 'cabezadas' energizantes como una de sus rutinas para potenciar su rendimiento
La llaman 'power nap' por su extraordinario poder revitalizante pero, seamos francos, es la 'cabezada' de toda la vida, aunque, quizás, optimizada para exprimir al máximo todos sus beneficios.
Utilizada desde hace años por deportistas de elite como el triatleta Jan Frodeno, el tenista Carlos Alcaraz también ha incorporado estas siestas energizantes como una de sus rutinas esenciales para potenciar su rendimiento en la pista.
¿Qué es, en concreto, una 'power nap'? Sonia Montilla, neurofisióloga del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja (Madrid), nos lo explica. "Literalmente, es la 'cabezada' que a la mayoría de los españoles nos gusta dar después de comer para continuar la tarde a tope de energía hasta la hora de acostarnos por la noche. Es decir, sería una breve siesta para desconectar de la actividad que hemos tenido por la mañana y cargar las pilas para la tarde".
No estamos hablando de un lujo, sino de una necesidad fisiológica. "Está demostrado que, para un adecuado rendimiento en cualquier actividad, un descanso breve de unos cinco minutos cada dos horas nos ayuda a mantener la concentración. Si acumulamos un cansancio excesivo o una preocupación por una tarea, nos puede acarrear problemas para conciliar el sueño nocturno debido a esa rumiación de los problemas acumulados a lo largo del día. Con un periodo corto de desconexión, en un ambiente diferente al que estamos trabajando podemos conseguir relajarnos; reducir la fatiga; mejorar nuestro estado de ánimo y, en consecuencia, un potenciar nuestro rendimiento".
Pero, ojo, que una 'power nap' no es una siesta a lo Cela de pijama y orinal, de esas de las que te levantas desorientado y, normalmente, de bastante mal humor. "Lo recomendable es que la duración no sea inferior a 15 minutos para poder descansar y que no exceda la media hora para que no interfiera en el descanso nocturno, ya que la personas con problemas de sueño si tienen dificultad para la conciliación del mismo pueden verse perjudicadas por siestas prologadas".
Es más, continua, "tampoco es esencial llegar a dormirse. El mero hecho de desconectar, cerrando los ojos durante esos 15-30 minutos, puede ser más que suficiente para incorporarnos después a nuestra actividad con más energía y mejor estado de ánimo".
¿Vale cualquier 'hueco' del día para pegar esa 'cabezada mágica'? "Teniendo en cuenta que el sueño está regido por un ciclo circadiano -es decir, que se repite cada día- hay dos momentos concretos en los que nuestra capacidad de atención es menor: al llegar la noche y hacia el mediodía. Además, si tenemos en cuenta que con la comida y el proceso de la digestión disminuyen nuestras funciones vitales, el momento idóneo del día será después de comer. Ahora bien, no debería ser después de las 3-3:30 pm ya que este caso podría afectar al descanso nocturno".
Lo ideal, prosigue Montilla, es que "se lleve a cabo en un sitio diferente al que estemos realizando nuestras tareas. Un lugar tranquilo, con escasa iluminación, sin ruido de fondo y, preferiblemente, que no sea en la cama donde descansamos por la noche para evitar la tentación de hacer una siesta prologada que pudiera resultar perjudicial".
Frodeno toma un café justo antes de echarse la siesta para que no le dé tiempo a hacer efecto pero sí, en cambio, le ayude a despertarse antes de esa media hora marcada como límite aconsejable. Otros, incluso, se duermen sujetando algo en la mano para interrumpir el sueño cuando se les cae. No obstante, esta doctora nos advierte de que estos trucos no son válidos para todo el mundo. "Aunque se recomienda el café-siesta para despertarnos con un mayor estado de alerta, en personas muy susceptibles a los estimulantes es mejor no tomar sustancias de este tipo, ni refrescos de cola, ni tes. Lo más útil es no hacer comidas demasiado copiosas y estar en un ambiente confortable y con ropa cómoda". También, nos recuerda que "es conveniente apagar el teléfono y haber dejado nuestras tareas unos minutos antes".
Así que ya sabemos, este verano, aunque nos tiente el plan, mejor 'una cabezada' bien aprovechada que un siestón de orinal.