El primer ministro conservador, Ulf Kristersson, pretende cumplir su promesa de campaña de reducir la inmigración mediante pagos.
Se trata de elevar el incentivo: en lugar de los 880 euros por adulto y 440 euros por niño que actualmente Suecia paga a los inmigrantes que se dejen devolver a casa, el Gobierno quiere aumentar la cantidad hasta los hasta 30.700 euros. En caso de regreso de familias hay por ahora establecido un tope de 3.500 euros en conjunto, que también será modificado. Se denomina «prima por el retorno voluntario al país de origen» y Estocolmo tiene previstos pagos por este concepto de hasta 350.000 coronas (unos 30.700 euros) individuales a partir de 2026.
«Estamos en medio de un cambio de paradigma en nuestra política migratoria», ha explicado el ministro de Migración, Johan Forssell. Se trata de pagarles para que se vayan, en lugar de para que se queden.
El primer ministro conservador de Suecia, Ulf Kristersson, asumió el cargo en 2022 con la promesa de reducir la inmigración y luchar contra el crimen en su país, da así otra vuelta de tuerca contra la inmigración. Su Gobierno minoritario cuenta con el apoyo de los ultranacionalistas Demócratas Suecos, que se convirtieron en el segundo partido más importante en las elecciones parlamentarias con un 20,5 por ciento de los votos.
El nuevo Gobierno ha logrado que el número de solicitantes de asilo disminuya significativamente y, en los primeros seis meses, abandonaron el país más inmigrantes de los que entraron. Esto ha sido posible debido a un endurecimiento de la normativa migratoria que dificulta la reunificación familiar, reduce las prestaciones sociales para los solicitantes de asilo y sólo se concede permisos de residencia temporales.
Fuente: ABC Internacional